Bajo el lema: "La prevención
del suicidio: un solo mundo conectado". Se conmemora este 10 de septiembre el día mundial para la
Prevención del Suicidio, año 2014. Cada año este día se pretende
generar en todos los ámbitos donde predominan actividades realizadas por el ser humano, la consciencia real del
fenómeno del suicidio. Es necesario fomentar prácticas de compromisos reales
con dicha situación, pues según algunos datos de la OMS existen en promedio casi 3000 personas que
ponen fin a su vida, y al menos 20 personas intentan suicidarse por cada una
que lo consigue.
Actualmente se cuenta con el
patrocinio de la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, la
OMS y algunos de sus colaboradores para hacer un esfuerzo y crear por una parte
terapias alternativas adecuadas, y medidas
de seguimiento para quienes han intentado suicidarse, y/o buscar las formas adecuadas para tratar el
tema del suicidio en los medios de
comunicación.
Según el primer informe ejecutivo
de la OMS sobre el suicidio manifiesta que: “Una manera sistemática de dar una
respuesta nacional al suicidio es establecer una estrategia de prevención del
suicidio que enuncie el compromiso claro
de un gobierno con relación al problema del suicidio.
Las estrategias
nacionales, de manera general, abarcan
varias medidas de prevención como la vigilancia, la restricción de los medios utilizables para
matarse, directrices para los medios de
difusión, la reducción del estigma y la
concientización del público, así como la capacitación de personal de salud, educadores, policías y
otros guardianes. También suelen incluir servicios de intervención en crisis y
servicios post-crisis.” Vale reconocer que desde siempre
ha sido un tema tabú, permitido pero nunca hablado como algo cotidiano sino más
bien como un acto vergonzoso desde la historia antigua del ser humano este acto
se considera “valido” increíblemente hasta hoy en día por razones como la
siguiente: vejez, enfermedades crónicas, pasión por ideas, apegos y decepciones
sufridas por seres que se aman, etc., etc.
Así por ejemplo tenemos en
algunas culturas las siguientes situaciones como válidas: La vejez y las
enfermedades graves eran igualmente causas razonables de suicidio para los
Celtas para los pueblos Vikingos y
Nórdicos. En el caso de los germánicos,
si el suicidio tenía como finalidad evitar una muerte vergonzosa, era bien
visto. Entre los chinos de unos veinte siglos antes de Cristo, el suicidio
solía ejecutarse por razones de lealtad; en Japón se realizaba como una
ceremonia bien fuera por expiación o por derrota, y en la India, se justificaba
por razones litúrgicas o religiosas, así como por muerte de los esposos o
esposas.
Si vemos más allá también existe
un nivel bastante influyente aun hoy de los aportes filosóficos en esta concepción del
suicidio es así como encontramos en las afirmaciones filosóficas de los
estoicos, pitagóricos, platónicos, aristotélicos y epicúreos el considerar al
suicidio como un acto de liberación del
sufrimiento. Así, para los romanos y los griegos, morir con decencia,
racionalmente y al mismo tiempo con dignidad, era muy importante. En cierto
modo, la forma de morir era la medida del valor final de la vida, en especial
para aquellas vidas consumidas por la enfermedad, el sufrimiento y el
deshonor.
Luego en la época medieval se
empieza a ver el fenómeno del suicido como un acto abominable y rechazado y
juzgado duramente por Dios, basados en esta concepción tenemos lo siguiente: El
Neoplatonismo, la filosofía de la felicidad más influyente en la antigüedad
clásica, consideraba que el hombre no debía abandonar por su voluntad el lugar
asignado por Dios. Se considera, por lo tanto, que afectaba al alma de forma negativa después de
la muerte. Y San Agustín por su parte describió el suicidio como una detestable
y abominable perversidad humana y afirmaba que Dios otorgaba la vida y los
sufrimientos, y por lo tanto los seres humanos tenían la obligación de
soportarlos. E ir contra de esta naturaleza era ir en contra de Dios.
Siendo así, habría que
preguntarse ¿qué hace nuestro país por este fenómeno social?, la respuesta,
sería muy poco o casi nada, pues este situación está pasando desapercibida casi
por completo en considero todo el sistema de salud, es de visualizar las razones
del porqué por ejemplo Sonsonate repunta en este fecha como el departamento con
el índice más alto de suicidios; que está pasando con las personas que viven en
el lugar que los orilla a tomar esas decisiones con frecuencia. Habría entonces que elevar la mirada hacia el
seno familiar, que está pasando en nuestra familia para que haya tantos casos
de culminación de una vida, por no poder resolver los problemas que se nos presentan, surge
entonces otra interrogante:
¿Que lleva a tomar la decisión de tan cruel
desenlace, que motiva a que se quieran
morir?
En algunos casos las personas
optan por tomar esta decisión de no vivir más por encontrarse con el nivel de
tolerancia agotado, un menú de frustraciones diversas y sinsabores más que
agregarle a tan fatal decisión. En algunos casos el motivo surge
por un amor no correspondido, tanto así que se ha vuelto una práctica casi
“popular en las redes sociales” mostrar los intentos suicidas por el ser amado,
obviamente acá no podremos dejar de lado el padecimiento de trastornos
afectivos, del estado de ánimo o de
personalidad.
Otra situación que actualmente se
vive es la frustración de traer un nuevo ser a la vida y no tener los medios ni
económicos, sociales o familiares para mantenerlo adecuadamente y mucha jóvenes
optan por quitarse la vida durante su embarazo. También es de reconocer la
ausencia de la práctica de valores en la familia, al grado que deja de ser
hogar y se convierte en un hotel, en el cual la gente solo llega a comer y a
dormir, se han quedado en el olvido esas tardes o noches familiares en las que
platicar en familia era habitual.
Otra situación que también genera
la toma de decisiones de esta naturaleza, es la decadencia del autoestima en
las personas, el no sentirse apreciadas, valoradas e importantes para alguien
hacen que sea más factible el deseo de dejar de existir. Si a lo anterior lo aunamos la
situación económica en algunas cosas insostenible, ya sea por falta de trabajo,
administración económica desordenada, vivencias de estilo de vida inadecuados a
los ingresos etc., se llegan a plantear
el suicidio como única solución para
dejar de experimentar el sentimiento de impotencia que presentan.
Visualizando lo anterior y
comprendiendo que es un fenómeno social cercano a nuestra realidad que debemos
hacer para identificar en nuestras casas si alguien está rondando esta
situación, para ello puede tomar en cuenta los siguientes indicadores de riesgo
que pueden ser conscientes o inconscientes y, en muchas ocasiones, es una señal
de una persona que no es capaz de expresar lo mal que se siente o una petición
de ayuda. Aunque no indican necesariamente
el suicidio, es conveniente tener en cuenta los indicadores de riesgo
siguientes planteados según Maris,
Berman y Silverman, 2000; y aceptados por la Asociación de investigación,
prevención e intervención del suicidio, 2009.
·
Verbalizar frases que indican un acto suicida
como:
- "prefiero estar muerto” "cuando me muera me echaran de menos".
- · Escribir notas sobre el suicidio o la muerte (que se pueden clasificar como 1. notas de disculpa, 2. basadas en enfermedades incurables, 3. acusatorias, 4. con instrucciones y 5. una mezcla de todas ellas (Jacob, 1967, citado por Matusevich y Pérez Barrero, 2009).
- · Hacer testamento o donar o tirar pertenencias importantes.
- · Pasar bruscamente de un estado de ánimo a otro diferente
- · Realizar conductas erráticas, sin objetivo alguno.
- · Visitar a amigos y familiares en plan de despedidas.
- · Acumular fármacos.
- · Hablar sobre el suicidio, incluso bromeando.
- · Sufrir una depresión mayor.
- · Cambiar de hábitos alimenticios y del sueño.
- · Perder el interés en las actividades habituales.
- · Abandonar a los amigos y a la familia.
- · Aumentar el consumo de alcohol y de drogas.
- · Provocar situaciones de riesgo innecesarias.
- · Sufrir un aumento de molestias físicas frecuentemente asociadas a conflictos emocionales.
- · Tener un comportamiento temerario.
- · Poner orden en los asuntos y regalar posesiones de valor.
- · Tener un cambio radical en el comportamiento, en la actitud o en la apariencia del aspecto físico.
- · Sufrir una pérdida importante o cambio de vida.
- · Haber sufrido abuso sexual o maltrato físico.
- · Tener una historia familiar de suicidio o violencia.
- · Haber fallecido un amigo íntimo o un miembro de la familia.
- · Haberse divorciado o separado recientemente.
- · Tener fracaso escolar.
- · Haber perdido el trabajo o problemas laborales.
- · Tener procesos legales inminentes.
- · Haber estado encarcelado recientemente o haber sido excarcelado recientemente.
- · Provocar conflictos y peleas.
- · Infringir la ley.
- · Autolesionarse.
- · Haber tenido una conducta previa de suicidio.
- · Tener problemas en la esfera sexual.
- · Tener escaso o nulo apoyo de la familia y amigos.
- · Sentirse marginado.
- · Tener sentimientos de culpabilidad.
- · Ser rígido, con pensamiento obsesivo, con poca capacidad de resolución de problemas y un autoconcepto negativo (Rodríguez Pulido y otros, 1990).
- · Tener sentimientos de inutilidad y de pérdida de autoestima.
- · Expresar sentimientos de desesperanza.
Además toda persona ante de
realizar un acto suicida evidencia una serie de síntomas que constituyen el
síndrome presuicidal (Ringel 1949, citado por De Leo, 1998), que consiste en un
retraimiento de los sentimientos y el intelecto, inhibición de la agresividad,
la cual ya no es dirigida hacia otras personas sino hacía sí y la existencia de
fantasías suicidas (FEAFES, 2006)
Y finalizo
con una frase que escuche en algún momento de mi vida, y me la considero
efectiva: NADA NI NADIE; VALE TANTO LA PENA COMO PARA YO DEJAR DE
EXISTIR, AL FINAL DE CUENTAS TODO SE SOLUCIONARA Y SI NO PUES HABRA SIEMPRE FORMAS
DE REMEDIARLO, ARREGLARLO O CAMBIARLO.
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