¿Sera este el amor,
o es otra cosa?
Por: Jacquelinne
Cristina Rivera Ochoa.
Desde el inicio de la humanidad sea cual sea la
perspectiva que quiera usted comprender el sentirse amado y amar ha sido uno de
los caminos esenciales para el bienestar o malestar del ser humano. Bastará con
revisar la historia de la creación judeo-cristiana, donde aquel indefenso Adán
sometido por las sugerentes palabras de Eva, decide probar “aquel fruto que le
era prohibido”.
Acaso no es desde aquel tiempo que ya se ejercía la
violencia en las relaciones de pareja, parece risible quizás si comparamos este
hermoso pasaje bíblico con la realidad de muchos individuos de nuestro país,
pues se han cometido atrocidades o se ha dejado de ser uno mismo para
satisfacer los deseos del otro u otra, para así tener un garante de no perder
al ser amado.
Este fenómeno que se ha mantenido invisibilizado por cientos
o miles de años, se denomina actualmente violencia dentro del noviazgo o
relación de pareja; inicialmente se remitía solo al noviazgo pero se ha
descubierto que esta se traslada casi de forma natural a la vida matrimonial y así
lo que no se arregló de novios no sueñe no se hará de esposos, aunque existan excepciones
a la regla.
Definiendo la violencia dentro del concepto noviazgo o
relación de pareja serán tipificadas las acciones u omisiones que son dañinas de
manera tanta física, emocional y sexualmente, que se cometen dentro de la
relación con el fin de dominar y mantener el control sobre la otra persona no
importando los estados físicos o emocionales que puedan verse afectados a causa
de las peticiones o acciones de control.
Lo anterior es parte de las definiciones teóricas veamos
la realidad, existen personas con la actitud de Don Juan, o de benévolas
Dulcineas, que intentan saber sutilmente cada movimiento realizado por el otro con
el fin de controlarle la vida, preguntan nombres, direcciones, contraseñas de
perfiles en redes sociales, etc., para ejercer dominio, luego acoso hasta
llegar a la violencia de pareja en términos ya conocidos.
Algunas doncellas y príncipes salvadoreños inocentes de
estas realidades gracias a TCS hermana ideológica me atrevería a decir de
Televisa México, consideran lo más hermoso esta clase de actitudes, y se
preocupan al no recibirlas de sus seres amados, celos, traiciones, embarazos planeados
y no planeados son la orden del día en la televisión salvadoreña, amores
prohibidos, sufridos son la exquisitez del pueblo.
Entonces ¿Como puede combatirse el fenómeno de la violencia en pareja si se vuelve el diario vivir de los jóvenes? si incluso está casi inmerso en la forma de vida del salvadoreño. Eso sin mencionar a fondo por ejemplo los empujones, cachetadas, berrinches, e insinuaciones sexuales abiertas o encubiertas que casi siempre termina en violaciones consentidas que es algo muy común en los noviazgos actuales.
¿Será posible que los estudiantes universitarios cambien
las actitudes violentas en las parejas, o sigan fomentando esta práctica
arraigada desde tiempos inmemoriales? Hermoso sería obtener respuestas
positivas pues lo académico dispone la mejora de la salud mental, ésta verdad
parece distante sigue invisibilizandose este histórico fenómeno psicosocial,
propongo mejor la tarea de amarrar nuestros atavíos manipuladores y violentos y
dejemos emerger al mejor de nuestros yo…por todo aquello que se debe aprender
en la universidad.
Muy buena información Licenciada gracias por el aporte lo tomare en cuenta!
ResponderEliminarGracias, creo que entre todos podríamos hacer cambiar muchas cosas. Feliz día.
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